El modelo bio-energético reconoce que el cuerpo trata de mantener un equilibrio entre la de producción, distribución y gasto energético.
El mantenimiento de este equilibrio ayuda al cuerpo en su capacidad de adaptación a distintos factores de estrés (inmunológicos, nutricionales, psicológicos, etc.)
Este modelo aplica enfoques terapéuticos, incluyendo técnicas de manipulación osteopática, para abordar los factores que tienen potencial para desregular la producción, distribución o gasto energético.